En el universo financiero, donde el riesgo y la rentabilidad bailan una danza constante, existen productos diseñados para gestionar situaciones extremas. Los CoCos —abreviatura de Contingent Convertible Bonds o bonos contingentes convertibles— son uno de ellos. A medio camino entre la deuda y el capital, han sido elogiados como una solución innovadora para reforzar los balances bancarios, pero también criticados por su complejidad y riesgo implícito.
¿Qué son exactamente los CoCos?
Los CoCos son instrumentos híbridos emitidos principalmente por bancos, que pueden convertirse en acciones o sufrir una pérdida total (bail-in) si el capital de la entidad emisora cae por debajo de ciertos niveles predefinidos. En otras palabras: el inversor asume el riesgo de que, si la salud financiera del banco empeora, su inversión se convierta automáticamente en capital (acciones) o desaparezca parcial o totalmente.
¿Por qué existen?
Tras la crisis financiera de 2008, los reguladores exigieron a los bancos que mejoraran su capacidad de absorción de pérdidas sin necesidad de rescates públicos. Los CoCos surgieron como respuesta a esta necesidad: permiten a los bancos reforzar sus niveles de capital sin emitir acciones desde el primer momento, evitando así la dilución de los accionistas existentes.
¿Qué ofrece un CoCo al inversor?
En entornos normales, los CoCos ofrecen cupones atractivos, muchas veces muy superiores a los bonos tradicionales. Esa rentabilidad extra compensa el riesgo estructural que conllevan. Pero esta rentabilidad no es garantizada: si el banco entra en dificultades, esos pagos pueden suspenderse. E incluso, en situaciones extremas, el bono puede transformarse en acciones (diluyendo al inversor) o extinguirse completamente.
Riesgo oculto y eventos recientes
Uno de los aspectos más discutidos de los CoCos es su comportamiento en momentos de tensión. Un caso reciente fue la quita total de los CoCos del banco suizo Credit Suisse en 2023, lo que generó polémica y desconfianza, al ver cómo se priorizaba a los accionistas sobre ciertos bonistas. Este evento puso sobre la mesa la necesidad de comprender muy bien la estructura legal y las cláusulas de conversión o amortización de cada emisión.
¿Qué inversores deberían considerarlos?
Los CoCos no son aptos para inversores conservadores o que no puedan asumir pérdidas significativas. Están más bien orientados a carteras diversificadas de renta fija con apetito por riesgo y experiencia en productos complejos. Su análisis no puede limitarse a mirar el cupón; hay que entender la solvencia del emisor, las condiciones de activación de la conversión y el marco regulatorio.
Conclusión
Los bonos CoCos representan una herramienta potente dentro del sistema financiero moderno: pueden ayudar a los bancos a absorber pérdidas sin colapsar, y ofrecer rentabilidades atractivas a los inversores. Pero también encierran un nivel de riesgo considerable que exige formación, análisis y cautela.
Como en toda inversión, la información es poder. Antes de dejarte seducir por una rentabilidad elevada, asegúrate de entender qué estás comprando.