El reciente debilitamiento del Yuan frente al dólar estadounidense no parece ser un movimiento meramente casual. Todo apunta a una estrategia deliberada del gobierno chino para contrarrestar los aranceles propuestos por la administración de Donald Trump, quien asumirá nuevamente la presidencia de Estados Unidos en enero de 2025. Esta decisión tiene implicaciones directas para la economía global y es una herramienta clave en la “guerra comercial silenciosa” entre ambas potencias.
El impacto de la devaluación
Una moneda más débil hace que las exportaciones chinas sean más baratas para los compradores internacionales. Esto resulta especialmente importante en mercados como el estadounidense, donde el precio es un factor clave para los consumidores. De este modo, la depreciación del Yuan permite a China mantener su competitividad comercial incluso en un entorno de altos aranceles impuestos por EE. UU.
Adicionalmente, esta estrategia no solo favorece a las exportaciones, sino que también se alinea con la política industrial china de consolidar su rol como el “motor de la manufactura global”.
Las reservas chinas como amortiguador
Un aspecto crítico que respalda esta estrategia es la robusta posición financiera internacional de China. Según datos oficiales del Tesoro estadounidense, a mayo de 2024, China poseía 768.300 millones de dólares en bonos del Tesoro de EE. UU., aproximadamente el 9,6% del total de tenencias extranjeras. A pesar de una reducción del 36% en sus tenencias desde 2018, China sigue siendo uno de los principales acreedores de EE. UU.
Además, las reservas internacionales de China incluyen una gran cantidad de dólares estadounidenses. Estas reservas actúan como un colchón financiero que permite a China compensar las posibles desventajas de la devaluación del yuan. Mientras que otros países enfrentan mayores dificultades para importar bienes y servicios en un contexto de moneda débil, China puede recurrir a sus reservas de dólares para garantizar la estabilidad de su balanza de pagos y sostener su poder adquisitivo en el mercado internacional.
Una estrategia doblemente eficaz
Permitir la depreciación del Yuan no solo fortalece las exportaciones chinas, sino que también envía una señal clara a Washington: China está dispuesta a utilizar todas las herramientas a su disposición para defender su economía. La depreciación minimiza los efectos de los aranceles propuestos y podría poner presión sobre las empresas estadounidenses que dependen de productos chinos.
Por otro lado, mantener grandes reservas en dólares también mitiga el riesgo de fluctuaciones en el tipo de cambio y otorga flexibilidad en las relaciones comerciales globales.
Conclusión
La decisión del gobierno chino de permitir la devaluación del Yuan no es casual, sino parte de una estrategia cuidadosamente calculada para proteger su economía en un entorno geopolítico complejo. Con una sólida posición financiera respaldada por reservas en dólares y tenencias significativas de deuda estadounidense, China está mejor preparada que otros países para absorber el impacto de esta medida.
En el largo plazo, este enfoque podría redefinir el equilibrio de poder en la economía global, demostrando que la fortaleza económica no solo se mide por el crecimiento interno, sino también por la capacidad de maniobrar estratégicamente en los mercados internacionales.
